La historia de la tecnología criogénica

Cada vez surgen más gases líquidos

Cuando Demaco se introdujo en la criogenia, alrededor de 1985, era un área de conocimiento relativamente nueva. Sin embargo, no fue hasta el siglo XIX cuando la criogenia se hizo más conocida, ya que para entonces cada vez se podían licuar más gases con éxito.

Todo comenzó en 1877, cuando Cailletet y Pictet consiguieron licuar el oxígeno. Los experimentos estaban en pleno apogeo en esa época, y pronto aparecieron versiones líquidas de otros gases. Por ejemplo, en 1884, el hidrógeno fue el primer gas que se convirtió en niebla. En 1892, Sir James Dewar desarrolló un recipiente aislado al vacío para almacenar líquidos criogénicos, lo que facilitó el trabajo con gases licuados.

En los años siguientes, los expertos consiguieron licuar un número cada vez mayor de gases, incluido el último de la fila, el helio. La forma líquida de este gas se utilizó por primera vez en 1908.

Técnicas criogénicas en diversas industrias

Mientras tanto, cada vez más industrias descubrieron la utilidad de la tecnología criogénica. En 1961, por ejemplo, se practicó por primera vez la criocirugía en Estados Unidos. Los científicos descubrieron que el enfriamiento lento podía destruir tejidos humanos poco saludables. En Estados Unidos se utilizó nitrógeno líquido para este fin, y unos años más tarde, los médicos de Sudáfrica también utilizaron el método allí. En Sudáfrica, sin embargo, se utilizó óxido nitroso en lugar de nitrógeno líquido.

La industria de los vuelos espaciales también introdujo la tecnología criogénica en el siglo XX. En 1961, el cohete estadounidense Atlas-Centaur utilizó hidrógeno líquido y nitrógeno líquido por primera vez en el programa espacial. Este acontecimiento se considera un hito importante en la criogenia y condujo inmediatamente a la producción de hidrógeno líquido a gran escala para proyectos similares.

Las industrias médica y aeroespacial son sólo ejemplos de sectores en los que la tecnología criogénica ya se utiliza desde hace tiempo. La criogenia también ocupa desde hace tiempo un lugar destacado en la investigación científica, la industria naval y la producción masiva de gases licuados en unidades de separación de aire.

Gases industriales

Para la aplicación práctica de la tecnología criogénica, se utilizan principalmente gases industriales.
Los principales gases industriales son el nitrógeno, el oxígeno, el dióxido de carbono (CO2), el argón, el hidrógeno, el helio y el acetileno. Algunos de estos gases se venden en las tiendas y están disponibles para su uso por el público en general (piense en el helio para los globos y el oxígeno en el campo de la medicina). Sin embargo, en la mayoría de los casos, los gases criogénicos son utilizados por empresas industriales.
La ingeniería criogénica reconoce varios tipos de gases industriales (algunos de los cuales se enumeran en varias categorías):

Gases aéreos

Los gases atmosféricos se extraen del aire mediante la división de diferentes componentes. La atmósfera está formada principalmente por nitrógeno, oxígeno, argón y un pequeño número de gases nobles. El nitrógeno líquido se utiliza ampliamente para la refrigeración, por ejemplo, en la industria alimentaria y la profesión médica; el oxígeno líquido se utiliza a menudo en la industria aeroespacial; el argón líquido es más conocido por su uso como gas de relleno en las bombillas.

Gases nobles

Los gases nobles (helio, neón, argón, criptón, xenón y radón) también se encuentran en cantidades mínimas en la atmósfera. Estos gases tienen una cosa en común: apenas reaccionan con otros materiales. Por ello, suelen utilizarse para aplicaciones criogénicas en las que no se desea una reacción (como la toxicidad o la oxidación). Por ejemplo, en bombillas y láseres, y también en globos y tanques de aire para buzos.

Hidrógeno

El hidrógeno también se utiliza habitualmente en la tecnología criogénica. El hidrógeno es el elemento que, al fusionarse con el oxígeno, forma el agua. Este gas no se encuentra en la Tierra en su forma pura, pero se produce regularmente para la generación de energía o su uso como combustible.

Otros gases

Las categorías anteriores no abarcan todos los gases industriales. Por ejemplo, el dióxido de carbono líquido (CO2) se utiliza en la criogenia pero, en nuestra opinión, constituye una categoría adicional. Este gas se utiliza habitualmente en la industria alimentaria.